El caso del puberto inquieto.

Salia a las tres y cuarto de la tarde,  Sherlock y un servidor nos dirigimos hacia el instituto a las 13:30 horas pues debiamos llevar a cabo el oportuno reconocimiento del terreno y poder ubicarnos oportunamente para no ser descubiertos.

Mimetizarse resultaria difícil pues justo enfrente habia un Ministerio y la verdad ni Sherlock ni este humilde doctor estabamos en edad adolescente.

Sherlock en uno de sus alardes de maestro del disfraz me indico me dirigiese al vehiculo y sacará una de las prendas mas viejas…

En un momento pude ver como pasaba de ser un caballero de la clase alta de Londres con gran ego a cuando salio del bañó de aquella taberna del centro de la ciudad otra persona totalmente distinta ahora si comenzaba la aventura y no seria detectado por el puberto…



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