- 11 enero 2023
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Hojeando mis notas sobre los sesenta y pico casos en los que durante los últimos ocho años, he estudiado los métodos de mi amigo Sherlock Holmes,encuentro que muchos son trágicos,algunos cómicos y bastantes meramente extraños.
Pero ninguno que resulte vulgar.
Pues trabajando como él lo hacía más bien por amor a su arte que para la adquisición de riqueza.
Se negó a asociarse con cualquier investigación que no tendiera a lo inusual, e incluso a lo fantástico.Sin embargo entre todos esos casos variados no puedo recordar ninguno que presentara unas características tan singulares como los Conrad una conocida familia de Surrey.
Los acontecimientos en cuestión tuvieron lugar en los primeros días de mi asociación con Holmes, cuando compartíamos habitación como solteros en Baker Street.
Era primeros de enero de 1883 cuando desperté una mañana para encontrarme a Sherlock Holmes, de pie y totalmente vestido junto a mi cama.
En general él se levantaba tarde y puesto que el reloj de la repisa de la chimenea, indicaba que solo eran las siete y cuarto le mire parpadeando no poco sorprendido y algo enojado pues yo si era regular en mis habitos.
_Siento mucho despertarlo Watson_me dijo_ pero esta mañana parece ser la práctica corriente, la Sra. Hudson ha sido despertada, ella se ha desquitado conmigo, y yo con usted.
¿Que ocurre pues? ¿Un incendio?.
–No, un cliente parece ser que ha venido un caballero que en su desespero insiste en verme. Está en la sala de estar, ahora bien, cuando un caballero recorre la metrópoli a esta hora de la mañana y arrancan de sus camas a personas soñolientas, presumo que es algo apremiante lo que tiene que comunicar.
Si resulta ser un caso interesante estoy seguro de que a usted le será de agrado seguirlo desde un buen principio.He pensado, que al menos debía llamarlo y brindarle esa oportunidad.
–Buenos días- dijo Sherlock Holmes- le presento a mi amigo intimo y asociado el Dr.Watson ante el cual usted puede hablar con total libertad como lo haría conmigo a solas.
Nuestra visita era un hombre que se acercaba a la cuarentena,moreno y enjuto de la alta sociedad burguesa de Londres, se presento como Mr.Conrad Jonhson, nos indico que poseía a las afueras del condado de Susex unas parcelas, que estaba arrendando a dos fabricas una cementera y otra de graba, a las cuales se accedía por un paso en el cual se estaban vertiendo residuos de diversa indole, y que las autoridades del condado le habían remitido una misiva para que como propietario asumiera el coste de la limpieza del paso.
Nuestro cliente deseaba averiguar quién o quienes eran los responsables de los vertidos de para así poder denunciar los hechos en Scotland Yard.
Nos relato que muy cerca existían una hilera de talleres y fabricas y con total seguridad fueran alguno de ellos los responsables de tan sucia empresa.
Cuando nuestro invitado cruzo el umbral de la puerta de salida, Sherlock ya se había calzado su traje de campo.
-Watson_me dijo_¿le apetece un paseo por el paso?, le advierto que se va a ensuciar…